Hay varias hipótesis que pudieran explicar que los flujos se hayan mantenido a pesar de la pandemia.
Hace algunos meses escribí un artículo en esta sección sobre el tema de las remesas. Y es que los números nos dicen tan poco si no vamos a la realidad social que las provoca, para entender que el fenómeno desde el escritorio es sumamente complejo y complicado. Lo mismo pasa, por cierto, con el Producto Interno Bruto (PIB) –que también hemos abordado en otros momentos–, pero hoy les presento la continuación del fenómeno de las remesas.
Es tan importante este rubro en nuestra economía, y ahora aún más, cuando otros rubros de nuestros ingresos como el turismo, la venta del petróleo y otras actividades económicas han estado mermadas por los impactos de la pandemia, que la recaudación fiscal esta muy comprometida por la generación de ingresos para el gobierno, pero afortunadamente para algún sector de la población, existen las remesas.
El mismo presidente López Obrador las reconoce en su discurso del Informe de gobierno: “Muchas gracias a nuestros paisanos migrantes, a pesar de la pandemia en los Estados Unidos, las remesas han crecido un 10% respecto del año pasado, y llegaran a 40,000 millones de dólares al año; un récord en beneficio de 10 millones de familias…”, y posteriormente continua más adelante: “con el aumento de remesas, con los programas de bienestar y los créditos que estamos otorgando a los de abajo, la pandemia no ha desembocado en hambruna ni escasez de alimentos ni en asaltos”.
En este sentido la pregunta es: ¿hasta cuándo nos durará esta bonanza?,
¿qué tan sostenible es?
El monto al 18 de septiembre nos indica una disminución de 0.2% con respecto de la semana previa (lo cual es ínfimo más con el feriado del 16 de septiembre), pero un incremento del 23% en relación a la misma semana del año pasado (176.77 vs. 177.1 millones de dólares).
Asimismo, el monto promedio de cada remesa enviada disminuyó en 2% en la última semana con respecto a la semana previa también, pero aumentó en 9% en comparación con la misma semana del año pasado.
El número de envíos de remesas creció en un 2% con respecto de la semana previa y 12% respecto a la misma semana del año pasado.
Algo que es muy interesante destacar son los estados del país con mayores incrementos, los cuales fueron: Nayarit, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Sinaloa; por el contrario, los estados que tuvieron los mayores decrementos se encuentran: Yucatán, Durango, Baja California Sur, Tamaulipas y Guanajuato.
Hay varias hipótesis que pudieran explicar que los flujos se hayan mantenido a pesar de la pandemia.
Primero, de las minorías que existen en Estados Unidos, de manera significativa por datos que existen de los estados de la frontera sur de este país, la que menores índices de desempleo tiene es la minoría mexicana.
Esto, per se, es difícil de probar, toda vez que muchos migrantes que están en estatus ilegal, se “corrigen” utilizando números de seguro social, para ser empleados de personas que lo tienen pero que no están trabajando. ¿Cómo lo sabemos? Porque curiosamente pagan impuestos, pero no necesariamente en caso de tener derechos a devoluciones las solicitan. Por ello, estas cifras pudieran estar sobre o subestimadas.
Segundo, muchos mexicanos saben que sus familiares en México están padeciendo la crisis. Meseros, albañiles, carpinteros, empleados domésticos, choferes, y todo tipo de oficios, quedaron desempleados durante la pandemia, y en muchos casos tuvieron que salir de las ciudades y regresar a sus localidades. Gracias a sus familiares es que se han estado manteniendo durante este período de desempleo.
Esto también es difícil de probar, pero al mismo tiempo puede verse cómo el consumo en los bancos se ha mantenido o incrementado gracias a que a partir de esos recursos el consumo de bienes básicos se sostiene.
Tercero, es casi un hecho que los flujos de remesas van a continuar en los siguientes meses de este año. Este año es electoral en Estados Unidos y el actual presidente Trump sabe que la economía es un definidor y que en esto va su continuación. Curiosamente hay varios sectores de las minorías que lo apoyan, no por otra cosa, sino porque mantiene el que no se cierre la economía, y que ellos mantengan sus trabajos, contra un confinamiento más severo de tener medidas más estrictas de protección a la población.
Cuando platiqué con empresarios mexicoamericanos, del porqué la alta mortandad entre la población hispana, en particular, mexicana, en lugares como Nueva York, en comparación con la población anglosajona o inclusive negra, fue el argumento de que “ellos no se quedaban en sus casas y sí salían a trabajar”. Empleados de servicios, enfermeras, repartidores de comida y de artículos, etc., son mexicanos, y ellos exponen todos los días por su actividad, su integridad. De ahí la alta mortandad en este grupo étnico.
Cuarto, otras vulnerabilidades. Es un hecho que tenemos a muchos interesados en lo importante que son estos flujos. Empresas transmisoras de dinero y remesadoras, gobiernos y el sistema financiero de ambos países (hasta las empresas FinTech). Es muy indicativo que en este momento el presidente Trump no utilice el tema de grabar las remesas como un tema electoral; también es relevante que el gobierno mexicano vea la manera de reducir costos de envío para que sean más baratos y seguros.
Asimismo, es contundente que la apreciación que ha tenido en fechas recientes el peso vs. el dólar ha ocasionado que reciban menos pesos nuestros connacionales, y que ellos (los familiares en México) preferirían un dólar más “caro” para que reciban menos pesos.
Pero hay un tema más de fondo, ¿cómo es que de este lado de la frontera “premiamos” todo el esfuerzo que hacen nuestros paisanos para alimentar y apoyar a sus familias en estos momentos?
Me llamó la atención el clamor de algunos paisanos en un programa de televisión mencionando que “están desprotegidos”, y que “no tienen a dónde acudir si caen enfermos por el COVID-19 o por cualquier otra enfermedad”. Esto es un clamor genuino. Aun y cuando varios de ellos pagan –como mencioné– el seguro social, lo pagan a nombre de otra persona, y así como pasó con las devoluciones de impuestos que no reclaman (y que el Tío Sam agradece y quizá permite), tampoco tienen o disfrutan la cobertura médica que iría implícita.
El día de ayer y antier (21 y 22 de septiembre) se llevó a cabo la Convención del Sector Asegurador (Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, AMIS), y me llamó la atención que el sector demandó cambios regulatorios o “ajustes” a la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas (LISF) que entró en vigor en 2015, y a la Circular Única de Seguros y Fianzas (CUSF) en el régimen de inversiones, con objeto de ampliar los regímenes de inversión y pidieron cambios regulatorios sobre el cómputo de estas inversiones en su capital.
Me hubiera gustado ver un postulado frontal de una serie de apoyos, así como se hizo con el personal médico del país para protegerlo de la pandemia, y hubiera habido presentaciones precisas de apoyos, por parte del gobierno (ya sea de manera regulatoria o con algún otro incentivo) y del sector, para cubrir médicamente a nuestros paisanos, así como darles apoyos para que puedan hacer sus ahorros (en los regímenes de inversión que tienen); acompañados de seguros que pudieran ser deducidos de los intereses, para seguros de repatriación en caso de defunción, seguros de repatriación para temas de enfermedades mayores (gastos médicos mayores), y otro tipo de necesidades que ellos tienen que cubrir, para sí mismos y sus familias. Y de esta manera que no sólo soporten el gasto de mantenimiento de sus familias, también se piense en el mediano y largo plazo para tener un patrimonio en el momento en que lo pudieran requerir. Creo que en esto, y en muchas cosas más, les hemos quedado a deber a nuestros paisanos.
1. Monto promedio de envío y número de envíos [datos de WU]
⋅ Los datos de las remesas enviadas la semana pasada (12 al 18 de septiembre) revelan una disminución de 0.2% con respecto a la semana previa (176.7 vs 177.1 millones de dólares), pero un incremento de 23% con respecto a la misma semana del año pasado (176.7 vs 144.2 millones de dólares).
⋅ El monto promedio de cada remesa enviada disminuyó en 2% en la última semana con respecto a la semana previa, pero aumentó 9% en comparación a la misma semana del año pasado.
⋅ El número de envíos de remesas creció 2% con respecto a la semana previa y 12% respecto a la misma semana del año pasado.
2. Cambio en el monto enviado de remesas por estado [datos de WU]
⋅ Los estados del país con mayores decrementos fueron: Yucatán, Durango, Baja California Sur, Tamaulipas y Guanajuato.
⋅ Por su parte, los estados que registraron mayores incrementos fueron: Nayarit, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Sinaloa.
3. Posibles causas y efectos del cambio en las remesas a nivel estatal
⋅ Los estados del país con mayor decremento semanal en la semana de 12 al 18 de septiembre tienen una relativa baja dependencias de las remesas. La mayor dependencia es Durango en donde las remesas representan el 5.2% del PIB del estado.
⋅ Los estados que reciben al mayor número de migrantes en Estados Unidos ya iniciaron la apertura de su actividad económica. En particular, Florida y Georgia reabrieron, y Oregon pausó la reanudación de actividades. Por su parte, California, Illinois y Texas suspendieron algunas actividades que habían abierto.
⋅ Promedio de las remesas como porcentaje del Valor Agregado Bruto de 2013 a 2018. Fuente: CONAPO, Anuario de Migración y Remesas, 2019.
⋅ Se refiere al estado que tiene actualmente la reapertura, ya que por al aumento de casos, hay estados donde la reapertura se ha pausado, reversado o continuado con la reapertura, de acuerdo a The New York Times.